Dios mío quiero asimilar que espiritualidad no es la práctica de determinados ritos, es una visión amorosa y profunda de la vida. La persona espiritual ve el mundo con los ojos de Dios, con una mirada compasiva y comprensiva.
Espiritualidad es consciencia despierta, es servicio desinteresado, es entrega y amor incondicional. Es fundirme contigo, Dios mío, y gozar ese deslumbramiento, sentirlo, vivirlo, irradiarlo, caminar siempre en tu presencia.
Dios mío, cuando soy espiritual respiro otro aire y veo lo que otros no ven, atrapados por lo material. Cuando entro a esta dimensión también cargo la cruz, pero no reniego ni me quejo.
Avanz o confiando y acepto que el alma se purifica en las pruebas, del mismo modo que los metales lo hacen en el fuego. Cuando soy espiritual estoy en paz y comunico paz. En realidad, no doy amor, soy amor y estoy en paz. Gracias Padre de amor.