Cultivo varias aficiones porque veo que mientras más luces enciendes en tu vida, menos sombras te bajan el ánimo. Una sintonía espiritual y linda con la naturaleza, amor a las artes, el placer de viajar, el regalo de la lectura y el cine. También la empatía con los niños y con los que están golpeados por limitaciones físicas, el interés por los deportes y por hacer ejercicio y, obvio, el gusto por la buena comida. Desde siempre he sentido una atracción por el oriente y su modo de vivir. Siento que en mi espiritualidad me siento amante y admirador de Jesús y Buda, sin estar en una religión.