Dios, te veo en todos

Padre celestial, este es un buen consejo: Exígete a ti mismo, no esperes tanto de los demás y te evitarás muchos disgustos. Ya qué que nunca cambio a nadie y que, sin tolerar maltratos, la única salida está en la tolerancia.   

Por lo mismo, no dilapido mis energías ni freno mis ímpetus queriendo cambiar a los demás. Tampoco sueño con la perfección, elijo ser comprensivo y miro a todos con genuina compasión.

Cada ser va en su proceso y, en su momento, el inconsciente también tendrá amor y sabiduría. Soy paciente, amado Dios, con las fallas propias y ajenas sin dejar de pulirme y cumplir mi misión de vida.

El arte de vivir es el arte de amarme y amar, dar sin esperar recibir, aceptarme y aceptar, servir y evolucionar espiritualmente.

Me amo siempre y puedo verte a ti, Dios de amor, en todos los seres humanos, incluso en aquellos que parecen malos.  Simplemente andan atrapados en la inconsciencia.